Una respuesta Franciscana a un imperativo tecnológico erróneo
Author: Kevin Mullen, OFM
Date Published: May 21, 2025
La bendición "mixta" de la tecnología ha sido reconocida desde siempre. Conocemos y celebramos el "lado bueno" de la tecnología por todo lo que hace por el avance de la vida humana. Sin embargo, somos sumamente conscientes de que existe un "lado oscuro" en el uso que hacemos de ella. De hecho, se puede ver una advertencia sobre el "lado oscuro" de la tecnología en los primeros capítulos del Libro del Génesis, en la historia de la Torre de Babel. Aquí, los seres humanos, llenos de arrogancia, utilizan la tecnología para construir una torre que promueve y proclama sus habilidades y capacidades "divinas". Aparentemente, todo iba bien, hasta que el Señor, el Dios de la Creación, intervino y confundió sus diseños con la introducción de varias lenguas que prohíben la comunicación y la divinización humanas. Esta historia se ha contado y vuelto a contar para instruirnos sobre lo que debemos evitar en nuestro uso de la tecnología. Por desgracia, aún no aprendimos la lección.
En su carta a los Académicos ( ¿El fin del mundo? Crisis, responsabilidades, esperanzas, 4 de marzo de 2025), el papa Francisco se une a aquellos que temen que algunos promuevan la tecnología como el poder que "nos salvará" de todos nuestros males. Tal actitud está alimentada por el impulso implacable de la "desregulación utilitarista y el neoliberalismo global". El verdadero peligro es que estas fuerzas pueden crear la falsa sensación de que existe un "imperativo tecnológico" que exige utilizar la tecnología sin límite alguno. En medio de estos desafíos, ¿cómo podría una persona inspirada en el ejemplo de San Francisco de Asís responder a esta actitud y a este tipo de impulsos? ¿Hay otra forma, una mejor?
Afortunadamente, la respuesta es sí. Citaré tres recursos que están a disposición de los franciscanos. El primero es un recurso metodológico que consiste en llevar a cabo un análisis social con el constructo VER - JUZGAR - ACTUAR. Los franciscanos usamos el análisis social porque reverenciamos la vida en este planeta. La espiritualidad Franciscana enfatiza el significado de la creación y la encarnación. Ambos temas teológicos nos enseñan la bondad de Dios y su amor continuo por el orden creado en la presencia de Jesucristo y a través de esta. A la hora de considerar una intervención tecnológica en particular en nuestro análisis social, los franciscanos comenzamos por la fase VER, al ser conscientes del tipo de intervención tecnológica que se está considerando y al conocer su alcance y funcionamiento previsto. Una vez que se obtiene este conocimiento, comienza la fase de JUZGAR, al plantearse las siguientes preguntas: ¿cómo afectará esta intervención tecnológica a los seres humanos y al orden creado? Si la respuesta a esta pregunta es positiva, los franciscanos pueden apoyar la intervención, pero si es negativa, deben reconsiderarla o bien oponerse a ella. Por último, los franciscanos necesitan ACTUAR y poner en práctica las convicciones y conclusiones a las que se ha llegado mediante los medios de defensa adecuados.
Un segundo recurso para que los franciscanos obtengan sabiduría ética y conocimiento para responder al "imperativo tecnológico" está tomado de forma directa de nuestra herencia Franciscana al reflexionar con el papa Francisco sobre el Cántico de las criaturas. Como es bien sabido, en su encíclica Laudato Si, el papa Francisco enseña que la sabiduría del Cántico se capta mejor utilizando la lente de la ECOLOGÍA INTEGRAL para entender el mundo. Este concepto pone de relieve el equilibrio y la armonía que existen en el orden creado cuando se manifiesta respeto y reverencia por la creación de Dios. La tecnología existe para servir y promover este equilibrio, no al revés. La Ecología Integral apoya el uso de la tecnología para fomentar el crecimiento y el desarrollo del orden creado.
El tercer y último recurso que los franciscanos pueden emplear para contrarrestar el uso injustificado de la tecnología en nuestro mundo puede encontrarse en la experiencia de la vida fraterna y mediante esta. Tanto la Orden Franciscana como la Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe insisten en que la "fraternidad" es el don de Dios a la Orden y, a su vez, es el don de la Orden al mundo. Los franciscanos nos desafiamos a tomar nuestra experiencia vivida de fraternidad y a compartir su testimonio en todos nuestros ministerios. Los franciscanos se mueven dentro de todas las criaturas del mundo y entre estas como "hermano" o "hermana". Es esta "dimensión fraterna" la que nos permite no temer ni rechazar la tecnología de plano, sino más bien adoptar su uso y ver cómo y dónde puede utilizarse para construir la comunidad humana y el conjunto del orden creado.
Como todas las realidades que tocan e impactan a los seres humanos, el uso responsable es la clave para medir el éxito. La tecnología y su uso entran en este cálculo. A partir del análisis social, su tradición y su experiencia vivida, los franciscanos están bien posicionados para responder a los retos que surgen con la puesta en práctica errónea de los "imperativos tecnológicos" que pueden surgir en nuestro mundo contemporáneo.
— Fray Kevin Mullen, OFM, es guardian de St. Bernardine of Siena Friary, Siena College, en Loudonville, Nueva York.